"Describe tu aldea y serás universal"       León Tolstoi (Simbalero)

        ¡ Viva  Simbal !

 

                                       Tierra de ensueño
            

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Llegada de los hispanos.-

El asalto militar invasor español al Valle de los Chaupiyungas fue comandado por el  Teniente Marcos Pérez Gutiérrez, por orden del  Corregidor de Cajamarca Juan de Puentes, La Orden católica que acompañó a los militares fue la Orden de San Agustín.

El 24 de junio de 1565 se realizó la fundación española de la Villa de San Juan Bautista de Simbal.

Don Francisco Panca Huamán.-

Aunque los apellidos son quechuas, era el cacique de la Huaranga de Simbal  en los días aciagos de la conquista del Valle de los Chaupiyungas. A el le correspondió aceptar, junto con los pobladores que sobrevivieron, la religión católica y el yugo del rey de España.

Su primer gobernador fue Diego de Mora, padre de Florencia de Mora.

Aún no se ha encontrado el Acta de Fundación de Simbal, pero el historiador Waldemar Espinosa Soriano encontró en el Archivo General de  Indias de Sevilla (España) datos que aclaran que los pueblos San Agustín de Huamachuco, San Pedro y San Pablo de Usquil, Santiago de Chuco, Santiago de Lucma y San Juan de Simbal tuvieron fundaciones cristianas "por orden del Corregidor de Cajamarca Capitán Juan de Fuentes, planificados por el Teniente de Corregidor Marcos Pérez Gutiérrez e interviniendo  religiosamente el P. Fray Juan de San Pedro de la orden de los agustinos"

Con estos datos, es probable que la fundación cristiana del pueblo haya sido el 24 de Junio de 1565 por el agustino Fray Juan de san Pedro.

Se constituyó como lindero virreynal entre los corregimientos de Cajamarca, Huamachuco y Trujillo.

Legalmente, Simbal fue creado por el juez Gonzalo de Cuenca, con el nombre de Simbat o Zimbat, porque los hispanos denominan a Simbal en documentos del siglo XVI, integrando toda la Guaranga de los Chaupiyungas.

Los agustinos fundaron cristianamente el pueblo de Indios bajo la advocación de San Juan Bautista, y al año siguiente (1,566) los encontramos evangelizando a los indios y en posesión de las minas calizas, cuyo producto explotaban y remitían a Trujillo. Su primer párroco fue el agustino Fray Juan de la Santísima Cruz y su segundo párroco, Fray Luis de Tapia que se creía hasta ahora fundador de  la Villa "San Juan Bautista de Simbal".

Los españoles que llegaron traían ideas castellanas de distribución social de las tierras, y, al encontrar una organización territorial buena y que les convenía, la mantuvieron. En la península castellana, la organización social era de señores y siervos, y la de los Chaupiyungas se basaba en un cacique y los pobladores, y por ello la adoptaron previo servicio de los caciques a la corona.

Los invasores necesitaban reunir a los pobladores tributarios para cobrar con facilidad, y como la mayoría de los pobladores del valle de los Chaupiyungas vivían en las chacras, se les agrupó a la fuerza en Simbal, organizando el pueblo a la castellana. con plaza de armas, separando lotes para la iglesia, la cárcel, la gobernación, soldados y también los ejidos municipales. el resto de lotes se repartió entre la soldadesca y el resto a los pobladores.

Cuando los españoles fundan la ciudad de Trujillo, necesitaron materiales de construcción para sus casas y edificios, y las autoridades tuvieron noticia de las canteras de cal y yeso de Shimbal, y las adjudicaron a la Congregación de los agustinos para su explotación.

Tras la conquista, le correspondió el repartimiento de estos territorios a Diego de Mora, compañero de armas de Francisco Pizarro, Mora se casó con una descendiente del cacique del Gran Huamachuco cuyos dominios llegaban hasta Simbal.

De esa relación nació Florencia de Mora que heredó el repartimiento. Ella dispuso que en la hacienda de Collambay y en la estancia de Chuyugual, se sembrase algodón, para el obraje de Sinsicap, y se tejieran telas para los pobladores indígenas de los siete pueblos que formaban la provincia de Huamachuco y que eran, Cajabamba, Huamachuco, Santiago de Chuco, Simbal, Otuzco, Usquil y Compín.

En esos días de la colonia, el pueblo de Simbal, contaba con una población que se componía de 70 indios, 39 indias, siendo sus hijos 32 y sus hijas 33, y contaba con 58 mestizos y 71 mestizas, sus hijos 48 y sus hijas 49, según refiere Feijoo en una de sus obras. (como se puede comprobar, había mas mestizos que naturales, por las continuas violaciones y abusos que se daban por parte del invasor).

Don Jerónimo Nina Quispe.-

En 1585 encontramos a Don Jerónimo Nina Quispe como cacique responsable de los Chaupiyungas, que era muy querido y respetado por los 350 pobladores tributarios del valle. Don Jerónimo  administraba y repartía las tierras de su comarca, evitaba conflictos, y dirimía disputas con mucha rectitud. Hacía cultivar Sunanga, Mayasco, Naguan, Sinsac, Ninchan, Queneto y Sayacull, en lo alto de la sierra del valle, que eran parte del corregimiento de Huamachuco.

Se le encuentra a Nina Quispe defendiendo a su pueblo de los abusos de los colonos. Así, Florencia de Mora y Escobar pretendió comprar Guanique, Sunc y Sacaminchán a la corona por 700 pesos diciendo que eran “vacas” (de nadie).

Nina Quispe protestó porque ya eran suyas y de los simbaleros esas tierras, porque ellos las sembraban por no tener otras, salvo unos pedregales y de allí sacaban bastante algodón para sus vestidos. La justicia hizo sus indagaciones y falló a favor de Nina Quispe y los Chaupiyungas, que las cultivaban de abuelos a padres y a hijos desde siempre. Se cree que murió el 1615.

Los Quispe continuaron como caciques de Simbal por lo menos hasta 1725.

EN 1750 estaba en posesión del cacicazgo Don Agustín Enríquez Llacsacondor, que también tenía el de Huamachuco, y en 1802, la cacique principal de Simbal era Doña Antonia Enríquez Llacsacondor, hija de los de Huamachuco.

 

Primeras familias colonizadoras de Simbal.

Naturalmente, los pobladores de Simbal eran indígenas en su totalidad hasta que se establecieron algunos españoles en el pueblo años después de su fundación. Los Nieto, Armas, Guzmán, López, Agreda, Pando, Enríquez, Carranza, Chávez o Valverde entre otras, llegaron después a colonizar todos los pueblos de indios de la zona, integrándose en ellos hasta la actualidad.

Alonso Enríquez Guzmán.-

El historiador Juan José Vega, en su obra “Manco Inca el gran rebelde” alcanzó noticia de “un deudo de Carlos V” llamado Alonso Enríquez Guzmán,  que llegó al Perú con los conquistadores. Este español fue sin duda el primer Enríquez que vino al Perú.

Alonso Enríquez tenía 35 años cuando llegó al Imperio de los Incas y su vida de aventura parece arrancada de una novela que de la historia. Era de la línea bastarda del linaje noble de los Enríquez, amante de la aventura, apasionado tejedor de intrigas, poeta, soldado, hombre entregado a las herejías y blasfemo consumado además de buscador de trifulcas y bravucón. Llegó contraviniendo las ordenanzas de viajeros por ser persona noble, aunque de conducta irregular. Por su linaje perteneció a la Orden de Santiago, pero ese título no le impidió asaltar el navío que lo llevó al Perú. Llegó como todos, no en pos de gloria, que poco le importaba, sino de andanzas y fortuna.

Era un pendenciero, medio loco según los que de él refieren, En la nao que venía, espantó a la marinería, parodiando a cristo en plena semana santa, se hizo atar desnudo en un mástil, mostrando sus vergüenzas por delante y por detrás, diciendo “yo soy Jesucristo” entre carcajadas.

Se estableció unos años en el Caribe donde se hizo rico usando una bula papal falsificada con la que aseguraba rescatar almas del purgatorio. Cuando la fortuna fácil le dio la espalda, resolvió irse al Perú, país cuyo metálico prestigio sonaba tanto en esas latitudes.

Hizo historia este personaje singular, cuando se negó a acatar las ordenanzas terminantes del rey para que volviese a la península donde sus exabruptos podían ser controlados en las guerras. Igualmente, se sabe que recibió fuertes prestamos de dinero sin devolverlo, e insultaba a su familia real y ofendía a la virgen con indudable temeridad en esos tiempos y todos los españoles aterrorizados se apartaron de el.

En cierta ocasión atacó con la espada nada menos que al obispo de Lima, ocasionando un escándalo mayúsculo.

En Lima, Francisco Pizarro le dio dos mil pesos de oro, gran pertrecho de armas y comestibles, numerosa compañía de negros esclavos y siervos indios para que viaje al Cuzco a divertirse, pero al llegar se encuentra la ciudad sitiada por Manco Inca y se unió a la lucha.

Era un guerrero, tenía experiencia en táctica guerrera adquirida en Italia donde como capitán tomó parte en muchas batallas. Aun así, le faltó tiempo para protagonizar duelos y lances con sus compañeros de armas entre combate y combate con el enemigo.

Fue muy odiado, a tal punto que estuvo a punto de ser ajusticiado librándose del castigo pagando una fuerte suma de ducados. Era muy sagaz y diplomático. Cuando quería conseguir algo, era  corruptor de amigos y enemigos, Hombre de grandes mañas lo califica Pedro Cieza de León. Jamás ocultó los móviles de la conquista española. Decía “mi ida a las indias fue con el fin y propósito de haber de los bárbaros frutos indios” Afán de pillaje, de hacerse rico del modo que fuese porque no le interesaba conseguir blasones porque los tenía. Solo quería oro, como los demás.

Sus jefes no le reprendían sus devaneos por su presunto parentesco con los reyes, y en todo caso, le adulaban mientras Enríquez se burlaba de ellos y mandaba callar. Era en el campo de batalla un buen soldado y defensor de los fueros reales, Su nombre figura en numerosas acciones contra los indios y según testigos, durante el sitio del Cuzco por Manco Inca, luchó con denuedo y tesón como debía hacer como buen caballero. Quizá por ello no perdonaba a los cobardes e insultaba cruelmente a sus compañeros cuando se negaban a pelear contra  los cuzqueños.

Por sus servicios, llegó a ser maese de campo, y escribió un libro sobre el alzamiento de Manco Inca, donde reconoce el extremo abuso de los españoles y no disimula el heroísmo de los cuzqueños.

No vivió mucho tiempo como conquistador por ser una persona inestable y, al fin, el rey, so pena de cárcel lo obligó a volver a la península.

Su rastro se pierde en las guerras de Carlos V en Alemania.

Independencia del Perú.-

Simón Bolívar cambia la denominación de Villa por la de Distrito el 24 de junio de 1824. acto ratificado por el mariscal Ramón Castilla el 2 de Enero de 1857.

(Villa es una denominación feudal y distrito es denominación política francesa.)

Curiosidades.-

En el repartimiento colonial del territorio Muchik, los hispanos incluyen a Simbal en el de Huamachuco, y a su vez, en el de Trujillo, originando conflicto de intereses entre ambos territorios.Al final, Simbal fue lindero entre ambos corregimientos en 1763.

 No se sabe porqué los simbaleros gozaron de algunos privilegios en cuanto al pago de tributos y otras prebendas:

- En 1756, Alejandro Enríquez Llacsacondor, cacique principal de siete pueblos de Huamachuco se queja al corregidor de Trujillo porque todos salen a cumplir las mitas o trabajos en las haciendas, a excepción de los indios de Simbal.

- También en esos años, las haciendas de Tulpo, Santa Clara y Yamobamba les pagaran un tributo anual a los simbaleros.

 - las haciendas de Sinsicap y Chuyugual les debían regalar cada dos años ropa para vestirse a los hombres, mujeres y niños de Simbal.

Se desconocen los motivos de tales privilegios.

 

Los indios, entre quienes se hereda la memoria, la que tal vez en muchas partes se habrá perdido, procuran mantener, aún a precio de la vida, el mayor sigilo viviendo en la superstición que al descubrirle les ha de acontecer la más grande fatalidad, la muerte.

Cuadro 2:

Matrícula de indios tributarios (indios cholos y sambaigos) de la Capital y partido de Trujillo. Trujillo, 1804

 

Tributarios

Forasteros

Total de contribuyentes

Repartimientos

%

%

%

Parroquias

12

1.6

71

20.5

93

7.5

Virú

277

36.6

105

30.3

382

34.6

Mansiche

51

5.7

132

38.0

183

16.6

Chicama

231

30.5

19

5.5

230

20.8

Paiján

109

14.4

-

-

109

9.9

Simbal

77

10.2

20

5.8

97

8.8

Total

757

100.0

347

100.0

1104

100.0

  • Vemos en este cuadro 2 el enorme incremento de los llamados indios forasteros, síntoma de la ruptura del pacto colonial, que suponía el pago del tributo.
  •  

    Fuente: -SIMBAL, su  monografía.-   Prof.   Lorenzo Pando H.

     

     

               Quiero poder recibir en mi casa a todas las culturas del mundo, pero no aceptaré nunca que me impongan ninguna. .                                                                                                                                               Mahatma Ghandi   (otro simbalero despistado)

                           Si tienes alguna anécdota referida a Simbal o los simbaleros, escríbela  y envíala a  Benito  
                           Última modificación: 29 de mayo de 2009